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27 octubre 2008

Carro Vs. La madre naturaleza

La naturaleza es nuestra madre.
Por lo cual tenemos que dejar de depender de ella.

En la actualidad, el ser humano está destruyendo su hogar con contaminación excesiva, deforestación, y emisión de gases invernadero.

Ante esta realidad, cabe preguntarnos: ¿Por qué la naturaleza es tan pendeja?



Se supone que la madre naturaleza es temible, incontrolable, omnipotente, indestructible, bla bla bla. A pesar de tanta propaganda, a cada rato se extingue una especie (probablemente una especie inútil, por algo se extinguió), se deforestan hectáreas del Amazonas, se expande el agujero en al capa de ozono a niveles alarmantes, y el calentamiento global se acerca paulatinamente, si no es que ya llegó.

Deberíamos sentirnos orgullosos. No es cualquiera el que puede destruir todo un planeta en 1000 años (lo cual es nada en términos geológicos), por lo cual podemos presumir de ser consumidores de planetas, destructores de paraísos, amos del Apocalipsis.

Claro, alguna gente con la mente cerrada podría pensar que destruir nuestro propio hogar, del cual dependemos, es una mala idea. También algunas personas pensaban que el mundo se iba a acabar en el 2000, otras pensaron que nuestro planeta es plano, y muchos siguen convencidos de que el dinero NO hace la felicidad. Obviamente, todos están equivocados.

Claro, a simple vista la conservación del medio ambiente no parece una idea tan absurda. Por supuesto que dependemos del planeta Tierra, por el momento. He ahí la clave del asunto, sólo dependemos de la naturaleza por el momento. Mientras desarrollamos la tecnología y los recursos para salvar a las personas que importan del inevitable holocausto, vamos a seguir dominando la naturaleza.

En la idea pasada caben dos cuestionamientos perfectamente válidos y dignos de respuesta (ninguna pregunta es estúpida, a excepción de las preguntas estúpidas):
1. ¿Para qué destruir la naturaleza cuando podemos convivir felizmente juntos?
2. ¿Podrá la humanidad domar y últimamente destruir a la naturaleza?

Las razones para destruir la naturaleza son sencillas, la más sencilla de todas es la siguiente: Deberíamos destruir a la naturaleza porque podemos. En realidad, este razonamiento se puede aplicar a muchos otros dilemas de la vida como por ejemplo: ¿Debería meter el dedo en ese enchufe? O ¿Debería acostarme con esa persona que aparenta ser un individuo del sexo opuesto, aunque hay bastantes motivos para dudar de su pertenencia a dicho género? Si la respuesta a estas y otras interrogantes es “de poder, puedo”, entonces deberíamos hacerlo.

Otro motivo para no convivir con la naturaleza es la pendejada. La pendejada es un tema tan amplio que voy a dedicar un ensayo entero a explicar los peligros de vivir en una sociedad pendeja, por lo cual no voy a profundizar sobre el tema en el presente escrito. Sin embargo, con el motivo de no dejar ninguna duda, basta con decir que convivir es una pendejada, y la pendejada lleva a la derrota.

El último motivo a mencionar para destruir a la naturaleza (ya que hay muchos otros motivos que obvié por razones de espacio) es el de la evolución. No voy a entrar en el debate de evolución-creacionismo, cada quién tiene el derecho a creer en lo que quiera, pero para poder explicar este último motivo, asumamos que la evolución si se dio acabo.
Si el ser humano ha evolucionado sobre las otras especies, esto quiere decir que tenemos todo el derecho de decidir que hacer con estas otras especies. Es la ley del más fuerte, la ley de la naturaleza se aplica en su contra.

Ahora, sobre el segundo cuestionamiento: ¿podemos vencer a la toda poderosa madre naturaleza?
Por supuesto que si. De hecho, su derrota es inminente ante nuestra capacidad destructiva. Ante el ojo simple de muchos puede que esto no parezca posible, pero creedme, juntos podemos destruir lo que sea.

Claro que todos esos huracanes y terremotos asustan, claro que podemos parecer impotentes ante la fuerza bruta de la naturaleza. Pero las apariencias engañan, a excepción de cuando son ciertas. Como fue mencionado previamente, la fuerza bruta de la naturaleza es descomunal, pero solo es fuerza bruta. Esto se evidencia al ver sus patéticos ataques a la humanidad, todos esos huracanes y tsunamis que golpean a personas pobres e insignificantes (en otro ensayo explicaré porqué los pobres solo causan problemas).

No han habido inundaciones en Europa occidental, ni huracanes en Washington D.C. y a pesar de los constantes terremotos en Japón, este sigue saqueando impunemente los mares del pacífico de toda su fauna natural. A pesar de esto, a cada rato un río se lleva un montón de tugurios en Costa Rica, lo cual indica que la naturaleza no sabe a quién golpear para acabar con la humanidad (y que los tuguristas no saben donde “instalarse”).

El futuro promete mucho, estamos cerca de nuestra victoria sobre la naturaleza. Al día se extinguen alrededor de 10 especies inútiles de flora o fauna, para mencionar una cifra conservadora. El agujero en la capa de ozono se expande, por lo cual habrá una salida fácil al espacio cuando se abandone este planeta. Además, gracias al calentamiento global, perecerán una gran cantidad de países que se rehusan a colaborar con el proyecto de “expansión” de la raza humana.

El único problema es que, hasta el momento, no se ha podido desarrollar una forma factible para poder vivir fuera del planeta tierra. Aunque esto es solo un detalle insignificante, es preocupante que el proceso de destrucción de la naturaleza avanza mucho más rápido que el proceso de reubicación de la raza humana. Tal vez se debió pensar un poco más antes de empezar a destruir a la madre naturaleza.

3 personas me atacaron:

Anónimo dijo...

Carro es el mejor! He dicho. (sorry ahi con carepicha)

patricia1489 dijo...

JAJAJA me encanta lo de no sonreír!!! oh Carro... ahora todo tiene sentido!!! jajaja!!!

..::María José::.. dijo...
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